El espectáculo
Existe un lazo indisoluble entre el imaginario infantil de todos nosotros y el disfrute del arte y la vida. Nuestro espectáculo habla de ese lazo, de ese tramo de deseo que nos une a nuestras particulares arcadias, a los paraísos perdidos que, diariamente, buscamos recuperar. Es esta una obra sobre cosas sencillas y hermosas, dolorosas por momentos, pero íntimas y reales. Bajo la superficie de este mar presuntamente global en el que parecemos flotar, continúan surcándolo corrientes de relatos y canciones. Los dos autores nos hemos detenido en las músicas de un lado y otro del Atlántico que acompañaron nuestra niñez: uno en Corrientes, el otro en Vizcaya. Al hacerlo, hemos descubierto que nuestros lazos mutuos son tantos que resultaba sencillo visualizar el camino. Está tan repleto de boyas, de islas, de cuentos, de detalles hermanados, que las propias canciones y fragmentos nos llevan de un punto al siguiente.
Yago Moral, su paisaje y su historia
Para realizar ese tránsito hemos echado mano de un personaje, Yago Moral, cuya trayectoria refleja ese cruce entre realidad y ficción, América y España, milongas y coplas. Para lograr la máxima universalidad hemos recurrido a un personaje que crece alejado de las grandes urbes cosmopolitas. Estamos convencidos de que en esa aparente paradoja –entre lo local, lo provinciano, y lo global- está lo ganador de la apuesta.
Yago nos relata paso a paso los momentos más importantes de su vida, entre sus once años y hoy mismo. Es un chico de pueblo, un argentino del interior, que crece alejado de las grandes ciudades. Es un personaje torpe y temeroso a ratos, pero que, arrastrado por la curiosidad, encuentra un coraje extraordinario. Al recordar ante nosotros, revive y nos hace revivir su historia que, indirectamente, es la nuestra. Como tantos otros nómadas encuentra el origen en el límite de su viaje. Cuanto más lejos, más cerca.
Su paisaje originario es el de una naturaleza exuberante y rural. En su pueblo los adultos trabajan y los niños estudian, en un continuo inamovible y tranquilo. Le rodea la vida de los campesinos y su cultura. Crece con una mezcla de tradiciones guaraníes, españolas, italianas, judías… A medida que avanza la historia su horizonte se abre y, al mismo tiempo, ese mundo tranquilo y estable, se aleja. De algún modo, el escenario, muchos años después, supone una recuperación de ese lugar geográfico e histórico, pero sobre todo, de ese lugar de la mente.Nos detenemos especialmente en una noche de primavera de mediados de los años setenta en su pueblo natal, Curuzú Cuatiá, en la provincia argentina de Corrientes. En el cruce de calles testigo de sus juegos callejeros Yago y su amigo Tatá viven una experiencia fantástica. Un viejo vinilo abandonado entre la basura les abre una puerta a través de la cual descubren el misterio de lo desconocido y la riqueza del mundo. Tatá es apresado por su padre, que lo ha estado buscando durante todo el día tras una pelea y fuga de la escuela donde estudia junto a su amigo. Yago, sólo, se siente incapaz de regresar a casa y termina introduciéndose en un ensayo nocturno de la compañía de teatro amateur del pueblo. Ese mismo lugar ha sido, hasta un año antes, su cine preferido, y el lugar en el que le gustaría que transcurriera su vida.
Tras esa noche catártica, la vida de los dos niños correrá caminos paralelos y, finalmente, se separarán. Surgirán entonces los viajes en busca de otra vida, los de la emigración y el exilio económico. Viajes adultos que remedan los viajes reales, aquellos que hacíamos sobre cajas de cartón voladoras y monopatines de poder mágico. Al otro lado del mar espera otro lugar, el mismo lugar… que desemboca en el escenario, verdadera caja mágica, Aleph inagotable.Básicamente estamos contando un viaje entre la infancia y el escenario, y cómo la vida, los encuentros y las pérdidas, alimentan ese viaje.
FICHA TÉCNICA
Teatro La Yapa
presenta
Entre Orillas
de
Yayo Cáceres y Jose Gamo
con
Yayo Cáceres
y a la guitarra en directo:
Mario “Pájaro” Juárez
guitarrista en Corrientes (Argentina)
Mariano Maciel
dirigido por:
José Gamo